Villa Carolina

Desconecta en cualquier época del año

Cada estación del año tiene su encanto especial, y hace que resulte maravilloso disfrutar de una escapada a la naturaleza, para desconectar de la realidad: otoño, invierno, primavera y verano. Tanto es así que los viajeros de primavera y verano, vuelven en otoño e invierno y viceversa, porque la sensación y paz interior, que produce la mezcla de olores, salitre y la vegetación propia de cada estación, hacen que sea esta casa y entorno una opción para elegir siempre. En plena naturaleza, abrigada por la ladera de la montaña, y con la singularidad de Galicia, donde el mar entra en las montañas, se ubica a pie de playa, esta maravillosa villa. La zona en la que se encuentra, está declarada LIC RED NATURA 2000, lugar de interés comunitario por su riqueza paisajística y singular. La casa se encuentra ubicada en el limite entre el ayuntamiento de Ribeira y Porto do Son. La mitad de la parcela pertenece a cada ayuntamiento. En Ribeira se encuentra el parque natural de corrubedo, y pertenece a la comarca del Barbanza, en la provincia de La Coruña.
La casa, que fue renovada en 2018, es una mansión señorial que consta de 2 plantas con la siguiente distribución:
  • 5 habitaciones dobles (3 orientadas al mar y 2 a la montaña) con baño incorporado.
      • 3 camas de matrimonio de 150.
      • 4 camas individuales de 120.
      • Todas las habitaciones son muy espaciosas.
      • Una de ellas está adaptada para personas con movilidad reducida.
  • 4 baños, uno de ellos con hidromasaje.
  • 1 aseo.
  • 1 salón, en dos niveles, con una gran chimenea, televisión.
  • 1 comedor con salida a terraza.
  • Chimenea panorámica.
  • 1 cocina, totalmente equipada, con una sala de estar incorporada.
  • 1 sala de juegos con billar.
  • 3 porches exteriores, uno con vistas al mar, otro con vistas a la piscina y otro con vistas a la montaña
  • Jardín equipado con:
      • Muebles distribuidos en las terrazas
      • Una barbacoa.
      • Una zona de comedor con terraza.
      • Piscina climatizada
      • Zona de solarium en la piscina.
  • Aparcamiento.
Si los clientes lo desean se puede contratar el servicio de limpieza diario en la casa, así como que la persona que atiende la casa, cocine para ellos, esto hay que tratarlo en el lugar.
La chimenea panorámica, invita a disfrutar de la belleza del fuego mirando al mar, en cualquier estación, es tal la maravilla, cada estación en la villa tiene su encanto. Rodeada por 2.000 m de jardín, dispone de dos terrazas miradores, una con vistas al mar y otra a la montaña. Desde todos los espacios se disfruta de la playa y la montaña. Con un estilo de decoración señorial y elegante, cada habitación y estancia de la casa tiene una decoración diferente en la que se ha cuidado hasta el mas mínimo detalle. Los cuadros de las estancias, son las vistas del exterior. Si buscas espacio y sentirte como en calma total es el lugar ideal, aquí te bajas del mundo. Rodeado de arena blanca, mar abierto y brisa agradable. Te sientes como un auténtico privilegiado. El mundo rural provoca una sedación instantánea. Te invade el ritmo del campo que rodea al mar y mece tus pensamientos.

No hay ruidos ni gente. Solo se escucha el mar poderoso que exhibe intimidante su fuerza. A tu espalda un monte bajo de pinos, en el que unas cuantas casas parecen querer ocultarse del mar poniéndose de lado, revela la magnificencia salvaje de esa Galicia que huye del turismo y no lo quiere ni ver porque ama vivir en solitaria libertad. La pasarela de madera permite dar paseos o correr inspirando el olor a salitre. Serans se encuentra justo a continuación de la playa de Espiñeirido y cuesta distinguirlas, son primas hermanas que se saludan con abrazos de sal. La densidad humana es anecdótica.

Las puestas de sol son míticas en la zona. Ya sea desde el chiringuito O paraíso, o desde Villa Carolina. Es lo que tienen las vacaciones. Hay tiempo para poder detenerse en lo que resulta invisible el resto del año. El pensamiento que tienes al descubrir este paraíso, es que te prometes a ti mismo guardarte esta playa para ti solo. Un desahogo espiritual. Almacenar esta imagen en la recámara sirve para echar mano de ella cuando el estrés te puede. Las azucenas de mar o los cardos marinos crecen a sus anchas y junto con la vegetación nitrófila y los carrizos y juncales dan una lección de adaptación a un medio cambiante, que se caracteriza por ser arenoso, eólico y salino.

A tu aire, con quien y como quieras.